'The Company You Keep': antítesis de thriller

Título: Pacto de silencio (The Company You Keep)
Director: Robert Redford
Guión: Lem Dobbs (Novela: Neil Gordon)
Fotografía: Adriano Goldman
Año: 2012
Duración: 125 min.
País: Estados Unidos
Productora: Sony Pictures Classics / Voltage Pictures / Wildwood Enterprises / Kingsgate Films / Brightlight Pictures / TCYK North Productions
Reparto: Robert Redford, Shia LaBeouf, Nick Nolte, Julie Christie, Richard Jenkins, Chris Cooper, Susan Sarandon, Sam Elliott, Anna Kendrick, Brendan Gleeson, Terrence Howard, Brit Marling, Stephen Root, Stanley Tucci, Jackie Evancho


Roberd Redford vuelve a dirigir dos años después de 'La conspiración' ('The Conspirator', 2010) y en esta ocasión se reserva además el papel protagonista. Lem Dobbs ('Haywire' de Steven Soderbergh, 2011) se encarga del guión, basado en la novela de Neil Gordon.

Jim Grant (Robert Redford), un exitoso abogado, parece tener algo que ver con los activistas más radicales en contra de la Guerra del Vietnam que treinta años antes intentaron robar el Banco de Michigan, matando a un guardia de seguridad en el intento de atraco. Por otra parte, Ben Sheppard (Shia LaBeouf), periodista del "Albany Sun Times" iniciará una investigación para sacar una buena historia después de la detención de Sharon Solarz (Susan Sarandon), detenida por el asesinato del guardia de seguridad. 

'Pacto de Silencio' ('The Company You Keep') te mareará con una sucesión de diálogos interminable, sin un momento de respiro para asimilar la información. Ni por asomo llega a la confusión de 'The Big Sleep' (Howard Hawks, 1949), se puede llegar a comprender toda la trama, pero se agradecería un momento de pausa para no fatigar al espectador. El problema es que aquí los diálogos no tienen ninguna gracia (con alguna excepción), como sí la tenían los diálogos de 'The Big Sleep'



La dirección de Robert Redford es correcta, pero plana e impersonal. Viendo la historia que cuenta es lógico, porque la realización está hecha de forma que no pensemos en ella y nos centremos únicamente en la historia y los diálogos, porque si empezáramos a intentar apreciar los matices, detalles, planos y movimientos de cámara de la dirección de Redford nos perderíamos muchos datos acerca de la historia.

La premisa es muy buena, pero en toda la película no hay tensión, no se respira emoción, no se puede considerar un thriller porque aunque vamos siguiendo la trama, no nos sentimos realmente intrigados y preocupados por los personajes. La historia nunca se nos presenta como algo especialmente interesante pese a que vayamos siguiéndola a la espera de ver un buen final (porque a veces un buen final, aunque la película sea mediocre, consigue dejarnos con un buen sabor de boca.) Desgraciadamente, no hay buen final, no es potente, ni tampoco sorprende sobremanera, es como toda la película: correcta y funcional sin más, sin emoción, sin sorpresas, y, lamentablemente, sin nada que resulte especialmente interesante como para recomendar fervientemente el filme. 

Propongo prohibir la escena de la clase y el amigo universitario

Un aspecto que me ha molestado especialmente es el de los lugares comunes, particularmente la primera escena de Richard Jenkins, que aunque su interpretación es correcta, lo cierto es que eso de que cierto personaje vaya a ver a su amigo el profesor universitario en su clase, se espere a que termine y le sorprenda con una frase ingeniosa está más que trillado, tengo la sensación de haberlo visto en muchas películas y es una escena que debería ser prohibida por repetición. 

Redford, que además de dirigir y coproducir también protagoniza este film junto con Shia Labeaf, reúne a un reparto espectacular, con secundarios de lujo como Nick Nolte, Richard Jenkins, Susan Sarandon, Brendan Gleeson y Terrence Howard, entre otros, aunque los tres primeros aparezcan en contadas ocasiones. La mayoría de actores, si bien solo aparezcan en un par de escenas, lo hacen bien, Shia Labeauf convence como periodista y Redford actúa como dirige, de forma correcta, sin entusiasmar. 

Estamos, pues, ante una película con una dirección eficaz pero sin personalidad, que cuenta con un reparto espectacular y algunas frases en contra de la Guerra del Vietnam y de la pérdida de los ideales que nunca están de más, pero sin muchas más razones para ponerse a ver una película que no consigue emocionar ni transmitir la tensión del momento.

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