RETROSPECTIVA Ridley Scott: The Duellists

[[Crítica de @PaulPorcoRosso]]
El estilo de Ridley Scott se fraguó en la selva de la publicidad televisiva. Para anunciar productos que desean ser apetecibles para su público potencial, el director debe tirar de todos los hilos que tiene a su alcance en su justa medida para convertir cualquier plano en un experiencia sensorial a todos los niveles (visual, sonoro y auditivo). Y así se siente el cine de Scott en sus tres primeras obras (The Duellists, Alien y Blade Runner): puesta en escena, fotografía e iluminación, música y sonidos, localizaciones, dirección. Todo en ellas es manejado con maestría inusual para un novato en el cine para confeccionar verdaderos cuadros vivientes, sin dejar detalles al azar, con una meticulosidad equiparable a la que hizo grande la principal característica de las obras de Kubrick (aunque sin la obsesión del neoyorkino con el punto de fuga).

En The Duellists, D'Hubert (Ketih Carradine) entablará un duelo con Feraud (Harvey Keitel), duelista de profesión y soldado al servicio de Napoleón Bonaparte, que se tomará su rivalidad con D'Hubert como una cuestión de honor haciendo durar este combate durante más de 15 años, que se nos mostrará a modo de encuentros esporádicos en la vida de D'Hubert. Feraud actúa como una personificación del destino, un hombre que atacará cuando menos se le espere... Ambos son las dos caras de una misma moneda: el honor de caballeros. Uno no puede existir sin el otro, el hombre razonable contra el hombre apasionado, el bien contra el mal...


La experiencia en The Duellists se basa en la ya nombrada puesta en escena del director británico, que bebe directamente de la estrenada dos años atrás Barry Lyndon. Pero por desgracia, esta opera prima, brillante representación de la estética de los tiempos de Napoleón, hereda sólo el poderío visual y olvida el retrato de miseria y destino de la antes nombrada obra del neoyorkino Stanley Kubrick. La cinta se distancia del espectador a una velocidad vertiginosa por un guión frío y de narrativa descompensada a causa de una historia que aparece y desaparece a las conveniencias de Gerald Vaughan-Hughes. Sólo la maestría de Scott consigue que se sientan realmente los enfrentamientos cara a cara entre los dos protagonistas, esos hombres de diferente honor interpretados (eso sí) con gran atino por Keith Carradine y Harvey Keitel, cuyas estocadas con el sable o la espada se viven casi en nuestras propias carnes y la tensión de su juego al ratón y al gato por las ruinas de un antiguo castillo se canaliza por todos los vellos del cuerpo: todos los momentos que incluyen batallas de miradas y dialécticas entre esta extraña pareja son sin duda secuencias para el recuerdo.

The Duellists es un filme para entender mejor la filmografía de Scott, que busca en todas sus películas una experiencia, más que cinematográfica, de admiración hacia su creación de ambientes. Así pues, al contrario que en The Counselor donde el afamado director sólo disponía sus cámaras en el ambiente para no estorbar al guión de McCarthy (consiguiendo una experiencia mentalmente muy enriquecedora pero algo vacía técnicamente), Scott triunfa con la ambientación de su opera prima, pero confecciona un filme frío que (por suerte) gana fuerza cuando los duelistas del título se enfrentan cara a cara en su eterna batalla de honor.

Lo mejor: la ambientación, y los duelos cinco duelos entre Carradine y Keitel.
Lo peor: su guión, y lo distantes que se sienten los personajes.

Título: The Duellists
Director: Ridley Scott
Fotografía: Frank Tidy
Guión: Gerald Vaughan-Hughes
Año: 1977
Duración: 101 min.
País: Reino Unido
Productora: Paramount / Enigma Productions. Productor: David Puttnam
Reparto: Keith Carradine, Harvey Keitel, Edward Fox, Albert Finney, Cristina Raines, Robert Stephens, Tom Conti, Diana Quick, John McEnery

0 comentaris:

Copyright © 2012 Siempre en VO