'Coherence', de James Ward Byrkit

[[Crítica de @marckwire21]]
El norteamericano James Ward Byrkit dirige con gran eficacia y elegancia su opera prima, 'Coherence'. Se trata de un ciencia ficción de tinte clásico y drama light de fondo, que sin efectos especiales consigue embaucar al espectador desde los primeros minutos hasta su colosal final. Estrenada a finales de septiembre de 2013 en el Austin Fantastic Festival y un mes más tarde el festival de Sitges, por fin llega a las grandes pantallas tras casi medio año largo después. Más vale tarde que nunca: estamos ante de uno de los aciertos de la ciencia-ficción vista en cines en los últimos años. Pocas veces una cinta de este género suele dejar tan buen sabor de boca en términos generales como ocurre aquí en 'Coherence' donde el planteamiento más simple consigue volverse una espiral sin fin en la mente del espectador.

Byrkit trabajó antes en el guión de 'Rango', y posteriormente en el videojuego del film, además de ser director de tres cortometrajes. No es nuevo en el mundo del cine, pero tampoco se puede decir que tenga una extensa carrera y poder firmar un film como 'Coherence' en su primer salto al vacío lo hace entrar en todas las listas de directores a seguir. Como podemos saber gracias a la entrevista que Ryan Lattanzio le hizo para la web IndieWire (en inglés) podréis conocer algunos detalles más de esta magnífica opera prima. Muchas de las situaciones que se viven se sienten tan reales precisamente porque los actores recibían su parte del guión a diario sin conocer ningún detalle más ni de sus compañeros de escena ni de lo que ocurriría más adelante, y no solo esto sino que algunos de los elementos exteriores que ocurren eran desconocidos para los actores. Incluso llego a llamar al timbre un pizzero a domicilio en mitad del rodaje.

En esta enigmática película, un cometa sobrevuela la tierra la noche en que 4 parejas disfrutan de una cena en casa de una de ellas. Al poco rato comprobaran que sus teléfonos móviles no solo han dejado de funcionar sino que están literalmente rotos. A partir de ese momento empezarán una serie de sucesos a cual más extraño y misterioso, consiguiendo que la máquina de teorías mentales que cada espectador posee arranque su producción en masa exprimiendo todas las variables posibles ante lo que está ocurriendo delante de sus propios ojos. Sin respiro, sin pausa y sin tiempo para pensar más que lo justo en cada teoría y pudiendo al final respirar tranquilo y sentirse preparado para desconectar la máquina. 90 minutos llenos de magia, llenos de pura ciencia-ficción clásica. El casting lo forman un par de actores conocidos como Nicholas Brendon, Xander en la mítica 'Buffy' y Maury Sterling, Max en 'Homeland', y junto a ellos showrunners de segunda fila como Emily Baldoni, la belleza de ojos intensos que protagoniza la película y Elizabeth Gracen. También cuenta con otros actores menos experimentados como Lauren Maher, Alex Manugian, Hugo Armstrong y Lorene Scafaria. En total ocho actores, ocho personajes que son los únicos que veremos en pantalla.



El filme se sirve de la (ahora) famosa paradoja del gato de Schrödinger, usada para explicar la mecánica cuántica -un gato encerrado en una caja junto a un matraz fácilmente rompible está a la vez vivo y muerto en ramas distintas del universo que no interactúan entre sí debido a la decoherencia cuántica-, 
para hacer avanzar una trama de la que no se puede contar mucho porque estropearía el clímax y las diversas escenas clave que existen en ella. Si diré que es un film de matices en personajes, de detalles en la producción y un guión lleno de frases y actitudes tan extrañas en algunos momentos que solo se harán totalmente entendibles al final. Puede sonar trillado y complicado pero no lo es, Byrkit no sólo dirige perfectamente esta atrevida proposición, sino que también cuida al detalle el guión y eso se nota. La incoherencia de los personajes ante las situaciones que les toca vivir y mostrado como lo muestra su director, cámara en mano todo el tiempo y viviendo los momentos de tensión como si de otro personaje más se tratara son imprescindibles para meter al espectador dentro de la película. Los sucesos se desatan y la incoherencia de algunos de los personajes también. Para nuestra suerte nos podemos agarrar a Em (la chica rubia protagonista de ojos intensos que cité antes), es el mástil al que nos sujetamos y nos atamos con cuerdas cuando vienen curvas pero... incluso ella tendrá sus momentos incoherentes, ojo a eso. Hay escenas que deben convertir a este film en uno de culto desde ya como el cruce en la carretera con "los otros", la escena en que Em se encuentra con quien se encuentra cuando salen todos al coche, todo el final previo desde que Em "abre los ojos" y busca en la ruleta del destino un "hogar" adecuado y como no, ese desenlace tan sutilmente Hitchcock. Brillante. Realmente estamos ante una delicia de película, disfrutable 100% y apasionante, que soporta varios visionados posteriores en los que descubrir muchos más detalles, y que -por suerte o por desgracia- no llega a la hora y media. Un placer.

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