Crónica del Festival de Sitges - DÍA 9

[[Crítica de @marckwire21]]

Último día para mí en la 47ª edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror celebrado en Sitges. Con 4 horas dormidas y tras terminar los deberes habituales antes de salir de casa llego a la estación. Hoy la jornada empieza a las 8h, es el día que más temprano lo hace, y para colmo el último que voy a ir, talmente parece como una especie de venganza del destino para que no me olvide de esta gran experiencia, aunque la verdad es que no puedo dejar de sentir una sensación de descanso y de tristeza al mismo tiempo. Son las 6:50 y la estación está cerrada, tan sorprendente como cierto. Espero 5 minutos y al ver que no viene nadie, paso por la salida de la Vía 2 y llego a la 1, hay gente en los dos andenes, extraño y curioso suceso. Mejor, tren gratis. No empieza mal el día. En el último vagón me espera @JohnPrskalo, juntos hacemos el camino al Auditori. Como si de una propia performance del festival se tratara, la noche parece no haber abandonado la ciudad. Farolas encendidas, sol sin asomar, siquiera un rastro de su presencia y un frío suave han ambientado la famosa caminata. Ya estoy en la cola, son las 8 y tanto prensa como público seguimos en la calle. Nos movemos, esto empieza ladies and gentlemen, el principio del fin del abono Matinee. Comienza ya, mi último día en Sitges.

Burying the Ex: No hacía falta

Tras el retraso inicial, tomo asiento junto a @JohnPrskalo y @losthigway para visionar lo último del mítico director Joe Dante. Película totalmente innecesaria, ya no se trata solamente de su escaso aporte sino de que ni ella en sí misma quiere aportar nada, no le importa. Historia simple y tristemente previsible, pues si bien no disgusta, la sensación de indiferencia al verla es abrumadora. Chistes infantiles pueblan un film tonto y burdo con aires de ‘Corpse Bride’. Posee un personaje protagonista de ventipocos años que se mueve en patinete y casco por la ciudad, con eso ya queda todo dicho. Desconozco las intenciones de Dante con esta película o qué pretendía, pero el poso que deja es muy olvidable, tanto, que da la sensación que este hombre aun piense firmemente que los años 80 no han terminado para él. Hacernos madrugar más que ningún día para encima ir con retraso y ofrecernos esta inútil película, ha sido un error muy grande. No perdáis el tiempo con ella como hice yo.

Sorcerer: potencia clásica

Séptima presentación a la que asisto, esta vez se trataba de Nacho Cerdá, el director de Phenomena Experience, que además de contarnos detalles de la película también aprovechó para anunciar el estreno de una sala Phenonema Experience en Barcelona, donde con una decoración retro y proyectando en 35mm, 70mm y 4K dentro de poco abrirá sus puertas esta nueva sala en la ciudad condal, concretamente en la antigua sala Nàpols, en el numero 168 de la calle Sant Antoni Maria Claret y contará con 415 butacas. 'Sorcerer' fue realizada en 1977, y vio reducido su metraje inicial debido a sus propios productores, que no vieron con buenos ojos la primera versión de 120 minutos que propuso William Friedkin, su director. Nacho Cerdá nos comentó que Friedkin quiso a Paco Rabal para un papel en un film anterior rodado en 1971, ‘French Connection’: "trainganme a ese actor que hace películas con Buñuel’. La productora se confundió y envió a Fernando Rey. Esto no pasaría en ‘Sorcerer’ donde Friedkin se aseguró de contar con la presencia del actor murciano. Este fue su primer papel en tierras americanas. El film cuenta la historia de 4 hombres situados en distintos lugares del planeta, los cuales son enviados por distintas razones a un pueblo de Sudamérica donde finalmente son reclutados para transportar un cargamento de explosivos altamente inestables en 2 camiones a través de la selva. Un thriller clásico poco conocido de aventuras, producción gustosa y acción que explota todas sus virtudes apoyado en un gran ritmo durante sus 120 minutos. Está basada en el film de Clouzot, ‘El salario del miedo’ de 1953 e igualmente en la novela de 1950 ‘Le Salaire de la peur’ escrita por Georges Arnaud. Friedkin aprovecha al máximo todas las posibilidades que le dan sus localizaciones selváticas para generar unas secuencias que gracias al empeño en editar su propia versión del film están llenas de tensión, suspense, acción y escenas ya míticas que son imposibles de olvidar, como la famosa del puente, realismo impresionante, o la de la explosión del árbol. En concreto, la escena del puente no creo que se pudiera hacer más de una toma y esta les salió clavada, todo un tour de force contra los elementos. Y esto es pasado la mitad del film, en su inicio tenemos una presentación de personajes absorbente, con un nivel de producción tremendo. No he visto la versión corta que se hizo y no puedo opinar mucho sobre ella, pero sobre esta sí, y lo que digo es que es una gozada visual y una clase de dirección y cómo hacer las cosas bien durante 120 minutos, que por si no fuera poco, pasan volando. Añadamos a esta gran obra una banda sonora electrónica creada por Tangerine Dream que pone el lazo estiloso a una más que llamativa cinta. Altamente recomendable y disfrutable. Hoy en día no se hacen películas así. 

Gremlins: placer para los sentidos

¿Que podemos decir ya del mejor film de Joe Dante que no se haya dicho ya? Poco. La octava presentación de un film en el Auditori ha traído a dos grandes de este mundo cinéfilo, al propio director Joe Dante, que no acudió a la presentación de su nueva película pero si a esta (supongo que porque cuesta mucho salir de la cama a esas horas), y junto a él, Dick Miller, que da vida al vecino de Zack, Murray Futterman. Tras la entrega a este último del premio Maquina del tiempo y una breve introducción de Joe Dante, donde confesó que Sitges es el mejor festival de cine del mundo y que una nueva película de la saga Gremlins podría ser realidad, aunque también comentó lo difícil de trabajar con un muñeco como Gizmo. Nos pasaron un breve mini montaje del actor Dick Miller y Nacho Cerdá volvió a recordarnos la apertura de la sala en Barcelona de Phenomena Experience. Con un Auditori a rebosar como en ninguna película mostrada en la matinal, el film ha empezado con gente aun acomodándose e intentando encontrar un sitio donde sentarse. Multitud de niños, algo que me ha sorprendido. Muchos de ellos abandonaron la sala al poco de empezar, posiblemente porque sus padres pensaron que si a ellos les gustó a sus hijos también y claramente no fue así. Las continuas entradas y salidas de la sala por problemas de micción fueron constantes, tanto como los niños que no se callaban o a los que sus padres intentaban explicarles la película mientras ésta se proyectaba. De la película poquito ya se puede decir, mito de los 80 por el cual no pasan los años, escenas que la mayoría hemos visto mil y una veces y aun así consiguen sacarnos una sonrisa, secuencias míticas como la del cine, la piscina, el ataque a la madre de Zach en la cocina, etc, etc, etc. Una maravilla de film por el que no pasan los años y que se conserva igual de bien que cuando se estrenó, una producción imprescindible y la mejor realizada por Joe Dante, como él mismo ha confesado. Un must see en toda regla y si encima, has tenido la suerte como yo de verlo en pantalla grande, la sensación de satisfacción que deja es nostálgica y electrizante.  ''

Monsters: Dark Continent: paja existencialista

Novena y última presentación a la que asisto. El director Tom Green nos introducía en su primer largometraje avisándonos que no se trataba de una secuela al uso del éxito de Gareth Edwards en la primera entrega allá por 2010 sino que únicamente estaba ambientada en ese mundo en concreto. La historia parte de un grupo de soldados muy unido, compuesto por un sorpresivo y prometedor Sam Keeley (Michael), el veterano actor Johnny Harris (Noah Frater) visto en series como ‘The Fades’ o ‘This is England’ y también otra cara conocida es Joe Dempsey (Frankie), al que muchos conocieran por su papel de Chris en la saga británica ‘Skins’ o en la americana ‘Game of Thrones’ como Gendry. Su director posee un currículum televisivo importante en el que lo más destacable es la creación de algunos de los capítulos de la 1a y 2a temporada de ‘Misfits’, incluido el piloto. Y es curioso pero, lo que falla en esta pseudo secuela es algo casi calcado a lo que sucedió en la famosa serie británica, ir de más a menos. Su arranque es prometedor, como su protagonista, lleno de carisma, coraje y buenas maneras, pero con el paso de los minutos y la aparición de preguntas existencialistas se torna en cansina y larga. Literalmente se olvida de su argumento principal y de lo que mueve a sus personajes a embarcarse en el viaje. Como mandarlos a comprar al supermercado y perderse durante horas porque han visto una mosca con un ala verde y se han olvidado de centrarse en lo que era su misión, y nunca mejor dicho, principal. Dicha misión es rescatar a unos soldados, no hay más, es tan sencillo como eso. Green sabe fundir el estilo de Edwards en su inicio con una futura trama bélica, pero su maldito empeño en no separarse de la cinta de 2010 y en imitarla cuando más se acerca el final la hacen ser un producto agobiante en el que lo único que deseaba era que terminara ya. Sus casi dos horas de duración se hacen eternas, sobre todo los últimos 45 minutos, son insufribles, no pasa absolutamente nada, y se intenta vender un humo de existencialismo tan barato que no llega al espectador. De mantener el tono que impone en su primera media hora estaríamos hablando de su superioridad frente a la versión inicial de Edwards pero no es así, y lo que sí consigue es quedar tras esta con su mezcla estúpida de géneros. Se nota mucho que es el director de los inicios de ‘Misfits’, se nota y mucho, en las relaciones entre el grupo de soldados, los diálogos son "muy Nathan", los que conocéis la serie ya me entendéis. Pierde el hilo totalmente tras su arranque bélico-modélico para luego no volver a cogerlo ni un instante. Sus protagonistas, todos, sin excepción están perfectos y en donde brillan Johnny Harris y su exaltado carácter y un joven que apunta maneras llamado Sam Keeley.

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