'La próxima vez apuntaré al corazón', gélido policíaco francés

[Una crítica de @PauGarcia179]

'La próxima vez apuntaré al corazón' es un retrato verosímil de un agente de la Gendarmería Francesa que oculta una doble vida como asesino en serie. El filme cuenta con una gran interpretación del protagonista, Guillaume Canet (nominado al Premio César), que consigue desaparecer detrás de su personaje. Es fácil entrar en la película y olvidar que estamos viendo un relato ficcionalizado (está basado en hechos reales): los apartados técnicos aprueban con nota, la época (finales años 70) es representada con verosimilitud y los actores cumplen con solvencia. Y aun así, a pesar de que individualmente todos los aspectos de la película merecen el aprobado, como conjunto -y esto es algo totalmente subjetivo- no funciona. 


'La próxima vez apuntaré al corazón' crea una atmósfera turbia a base de mostrar el asesino cometiendo sus crímenes. Aunque se base en hechos reales, no es excusa para que la película sea previsible o resulte repetitiva, y ambos problemas acaban lastrando el film. Es verdad que no es fácil poner de protagonista a un asesino y lograr que el público siga la trama con entusiasmo e implicación emocional; lamentablemente, Cedric Anger (director y guionista) falla en ese propósito. La película es fría, gélida como el propio protagonista. Esto no sería enteramente un problema si hubiera otros elementos interesantes que consiguieran mantener el interés del espectador pero, desgraciadamente, aquí no los hay o servidor no los ha sabido ver. No hay suspense ni intriga posible, el resto de personajes son meros esbozos y no hay posibilidad de empatizar con ellos: los padres y hermano del protagonista apenas tienen minutos de metraje, insuficientes para tener siquiera algún atisbo de interés dramático, y los compañeros de trabajo son simples comparsas narrativos, piezas necesarias para el correcto desarrollo de la trama. A modo de ejemplo: uno de los gendarmes resulta herido, lo perdemos durante buena parte del metraje mientras se recupera y cuando lo volvemos a ver apenas recordamos de quién se trata.  


A pesar de los esfuerzos de Guillaume Canet, no hay inmersión psicológica del personaje, nunca llegamos ni siquiera a la superficie de su personalidad y aunque se sugieren los motivos por los que asesina, Cedric Anger (director y guionista) no consigue adentrarse en su mente y transmitir al espectador lo que pasa en la cabeza del asesino. Es cierto que hay algunos detalles positivos que sugieren la gran película que podría haber sido: las visiones del asesino, su conexión con la naturaleza, cierta complejidad en el personaje femenino o el encuentro frustrado con una prostituta. Son elementos que, con un poco más de profundidad y metraje y en manos de un director como Denis Villeneuve, hubieran acabado formando una gran película. 

Para gustos, películas: habrá quienes consigan conectar con la película; quizás sabrán apreciar una profundidad psicológica que yo no he sabido ver y disfrutarán de la atmósfera creada por el director. Sin embargo, el que esto escribe no ha salido contento de la sala de cine y no ha tenido suficiente con una película ejecutada de forma notable y con una buena interpretación de Guillaume Canet. En Francia fue un éxito en taquilla debido a la presencia del conocido actor, y aunque soy consciente de que se trata de una película correcta (al contrario que en otras películas, no se puede hablar de filme malo o fallido), no he encontrado suficientes elementos positivos que me permitiesen disfrutar de este relato cinematográfico. 

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'The Hunger Games', entretenimiento masticado

[Crítica de @PauGarcia179]

Des de que se estrenara 'The Hunger Games' han proliferado un sinfin de distopías juveniles que han monopolizado nuestras carteleras hasta la actualidad, y la cosa parece no tener fin, pues a las secuelas de las películas protagonizadas por Jennifer Lawrence se les suman 'Divergent' y 'The Maze Runner' (y sus subsiguientes secuelas). Por si no fuera poco, y siguiendo la tendencia iniciada en la saga de Harry Potter, el último libro de la saga (porque todas ellas se basan en novelas igualmente rutinarias) se adapta a la gran pantalla en dos partes, para desesperación del público, pues en la mayoría de ocasiones el motivo de dicha decisión no es otro que el de sumar más beneficios. El caso es que hasta ahora no había probado visionar en serio al menos una de estas distopías juveniles, y mi único intento fue con 'Divergent', que abandoné a los pocos minutos. Así que un día me apetecía algo ligero y masticado y decidí provar suerte con 'The Hunger Games', pues al menos la presencia de Jennifer Lawrence me aseguraba un mínimo de calidad.

Cito el texto introductorio de 'The Hunger Games'

En castigo por la rebelión, cada distrito ofrecerá un varón y una mujer de entre 12 y 18 años en una 'cosecha' pública. Dichos tributos serán entregados a la custodia del Capitolio para ser transferidos a una arena pública donde pelearán a muerte hasta que sólo prevalezca un ganador. Desde ese momento y para siempre, esta festividad será conocida como Los Juegos del Hambre. 

Para empezar diré que, personalmente, la premisa me resulta un poco absurda y estúpida, lo cuál puede ser bueno: las expectativas están por los suelos y sólo se puede ir a mejor. La primera escena, sin embargo, nos presenta a Caesar Flickerman (Stanley Tucci) entrevistando a Seneca Crane (interpretado por Wes Bentley, el chaval de 'American Beauty'), ambos con una pinta de lo más ridícula. Con la premisa que he citado y ésta la primera escena, soy incapaz de tomarme en serio nada de lo que veo. Y casi que mejor.



Por suerte abruptamente cambiamos de espacio cuando oimos un grito de la hermana de Katniss Everdeen y conocemos a la protagonista de la historia, interpretada eficazmente por Jennifer Lawrence, en un papel no muy diferente al que interpretó en la recomendable 'Winter's Bone': una adolescente que ante la ausencia del padre se hace cargo de su famlia. En el sorteo para elegir los tributos sale su hermana pero ella acaba ofreciéndose voluntaria para salvarla de un destino fatal y sorpresa (y spoiler tan previsible que no es spoiler) acaba ganando los juegos. Sin duda la gran interpretación de Lawrence en 'Winter's Bone' le valió para interpretar a Katniss Everdeen, y una vez más da la talla como protagonista. Con otra actriz, difícilmente redimiríamos a la película, pero ahí está Jennifer Lawrence para salvar los muebles


¿Cómo me voy a tomar en serio a esto?

Que la premisa me resulte estúpida no quiere decir que la película me parezca un absoluto desastre, porque al final, si no nos tomamos muy en serio lo que vemos (y si no buscamos nada más que entreternos un par de horas) el filme puede ser una experiencia disfrutable. A favor de 'The Hunger Games' también tengo que comentar cierta escena en la que no hay muchos reparos en mostrar sangre (algo que olvidan la mayoría de las películas de acción a pesar de las hostias que se reparten), pues tratándose de una película juvenil no me lo esperaba. Tampoco es que el espíritu de Tarantino se haya apoderado del director (Gary Ross, quién por cierto tiene en post-producción un filme con Matthew McConaughey), ni falta que hace, pero se agradece un poco de aspereza y realismo. Todo lo que sea apartarse de la insulsez o la monotonía, bienvenido sea. 

Al final 'The Hunger Games' se presenta como un producto masticado, previsible y ligero como una pluma, pero entretenido al fin y al cabo. Como decía al principio la premisa (y por consiguiente, la película entera) me parece bastante estúpida y no me la puedo tomar en serio, soy incapaz de ver aquí una alegoría de nuestro tiempo y no hay casi nada en las escenas de acción o en la dirección (con una cámara en mano sacada de cualquier drama indie que al final acaba cansando) que me resulte mínimamente estimulante, pero no es una opción a descartar cuando quieres ver algo simplón de una complejidad similar a la de una suma de una cifra.

Lo mejor: Jennifer Lawrence, la aspereza de alguna que otra escena, entretiene sin más
Lo peor: todo lo demás

Si aun tienes ganas de más puedes echar un vistazo a la crítica de la secuela, 'The Hunger Games: Catching Fire' que escribió  @PaulPorcoRosso en el momento de su estreno.  

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'En el corazón del mar', Howard da una vuelta de tuerca al clásico


[Una crítica de @TRuibal

Surcar los mares. ¿Existe acaso sinónimo mayor de aventura? Desde el tormentoso viaje de vuelta a casa de Ulises en ‘La Odisea' de Homero, a los delirios a ritmo de Bowie del documentalista Steve Zissou en el Belafonte, aquel colorista submarino de ‘Life Aquatic', las travesías marítimas en la narrativa siempre han supuesto peligro, incertidumbre y catarsis.

Siguiendo esta línea nos llega ‘En el corazón del mar', dirigida por el siempre efectivo (y efectista) Ron Howard, quien trae a la gran pantalla la historia “real” que serviría a Herman Melville para escribir la epopéyica ‘Moby Dick', novelón paradigma de la lucha entre el hombre y la bestia, y referencia clave de películas como ‘Tiburón’ o la ya citada ‘Life Aquatic'.



En la cinta de la que nos ocupamos hoy, el último superviviente del ballenero Essex (interpretado por un siempre acertado Brendan Gleeson) relata a un Melville, en pleno proceso de documentación para su novela, la lucha que muchos años atrás él y el resto de la tripulación del barco libraron contra un mastodóntico y vengativo cachalote.

Así pues, a través de flashbacks nos acercamos a la figura de Owen Chase, primero a bordo del Essex (Hemsworth), al que se le ha negado la capitanía del navío en virtud del noble George Pollard Jr. (Benjamin Walker), hijo de un pez gordo de la industria y sin la experiencia necesaria para tal empresa. La tensión entre los dos personajes, uno de los puntos a priori más interesantes del film, acaba siendo más descafeinada de lo que promete, focalizando, quizás en exceso, la carga dramática en la lucha de los protagonistas contra el monstruo y contra la propia muerte. Evidentemente esto nos deja un buen puñado de escenas de acción en alta mar, algunas de ellas de gran factura, como la primera aparición del titánico cachalote y sus consecuencias. Eso sí, algo menos de CGI y más secuencias rodadas en el mar hubiesen sido de agradecer (sin llegar a los extremos de pantalla verde de ‘Piratas del Caribe', gracias a Dios).

Grandilocuente y épica como una tormenta en el océano, ‘En el corazón del mar' es una buena opción para este mes de diciembre, antes de que los filmes navideños y ciertas guerras intergalácticas monopolicen la cartelera. Muy cuidada en el aspecto técnico, con algunas escenas marítimas dignas de mención, merced a un guion y unos personajes que, sin maravillar, están al servicio de esa travesía suicida por el Pacífico. La banda sonora, a cargo del excelente Roque Baños, es convincente, y el reparto está en líneas generales a buen nivel… lo que nos hace llegar a la pregunta del millón: ¿es digno Chris Hemsworth de “levantar el arpón”? Mientras siga dando la impresión de que se interpreta a sí mismo, sí.

Eso sí, su tan cacareada pérdida de peso es más bien mérito del equipo de caracterización en un par de planos que una verdadera transformación del actor. Aunque, bien pensado, quizás ya nos llegó de superhéroes desnutridos con Christian Bale en ‘El maquinista'…



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